La pared de ladrillo toca mis vertebras, el frío se impregna en mis huesos. Respiro profundamente y en ello levanto el olor a podredumbre del ambiente. ¿Cuántas veces me ví mirando estas escenas sin participar?. Intento recordar como sucedió esto, como en un momento me encontraba disfrutando del día a día, y ahora mismo cuento con solo veintitrés balas para sobrevivir.
Un quejido sordo me hace recobrar la atención, tanto resistir y pelear no me va a llevar a caer en esta ciudad. Tomo una piedra, vuelvo a respirar para convencerme de lo que voy a hacer, la arrojo lejos tratando de llamar la atención. Pongo mis piernas firmes, y como si pudieran verme tuerzo mis cejas, busco parecer intimidante, como si los pudiera partir del miedo.
Pongo mi arma frente a mis ojos, recto, apunto hacia el cuerpo de un hombre de unos treinticinco años vestido de policía. “¿Cuándo perdimos tanto la humanidad para llegar a ser esto?” antes de pensarlo ya había jalado el gatillo, consumé un nuevo hecho. Veintidós balas. Todos voltean como marionetas y se desesperan como si el olor a pólvora fuera un aderezo para su banquete.
Salta a mi mano, y en un reflejo rápido corro el brazo y respondo con un golpe que rompería las emociones de cualquier hombre de solo pensarlo. Mi mano izquierda toma el cuchillo que se encuentra en mi cinturón y acesta dos golpes rápidos, él cae. Aún a pesar de todo lo sigo considerando “él”, como si aún fuera un padre de familia, un oficial de la ley o simplemente el chico de las rosquillas.
En un acto predominante pongo mi bota derecha sobre la espalda del caído número dos. Lo remataría con una bala, pero eso simplemente me alejaría más de mi humanidad. Queda uno, e irónicamente se volteó a solo mirarme. Como si buscara analizarme. Pienso en mi, en mi vida antes de todo esto. Una mirada retrospectiva que no nace de mi. Recuerdo como paseaba por las calles, vuelvo a mi, y “él” sigue mirándome. Recargo la cámara de mi arma, volteo dejándolo ahí. Ojalá pudiéramos hacer las cosas de diferente manera, hoy... solo resistir, solo pelear y vivir.
Modelo: Renata Lectar
Relato: Fido Quar
Fotografia y Retoques: Evelia Verwood
Muchas Gracias por el apoyo :)
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