Las almas más bellas son aquellas a las que les ha costado más tiempo forjarse al calor de la soledad, y la tristeza. Son aquellos seres que se visten con la rudeza de una roca y se permiten tener una mirada cristalina que no permite siquiera jugar un póker por mera diversión.
Esas almas de andar lento, pausado, con las pisadas firmes y convencidos de lo que hacen. Aquellos que por más que el camino sea lento se detiene unos instantes a mirar las flores al costado de la ruta. Y convencidos de su especialidad la dejan solo para recordarla y llevarla consigo en su memoria, sin alterar el orden de las cosas, solo se presta a disfrutar.
Los hombres desde su creación tienen esa puja entre el bien y el mal, desde la primera manzana, hasta el último gran arca. El ying y el yang sumidos en la lucha interna de cada hombre, representadas en sus múltiples facetas, la capacidad de sanar y curar, con la autodestrucción y el daño.
¿Quién más que la misma humanidad encargada de digerir y elegir su destino?. ¿Quién más que nosotros mismos encargándonos de ser duros como una piedra y transparentes como el agua que cae sobre ellas en una catarata?. La simpleza de la humanidad, explicada en las pequeñas cosas de la vida.
El bien, el mal. Una simple elección de vida en un camino con un horizonte largo, y cientos de flores a las cuales contemplar.
Modelo Tyr Svarti
Relato: Fido Quar
Foto y Retoque: Evelia Verwood
♥ Gracias por la colaboracion :)
0 comentarios: