Una foto, Un relato... #9 "Blue Monroe"


Era una de esas noches donde la calma te traiciona, uno de esos momentos donde la alegría multicolor se transformaba en una peste gris que se extiende por todas las calles de tu ciudad. De esos segmentos de tu vida a los que buscaste escapar, correr, huir como un cobarde que no se “aguanta” lo que tiene sobre las espaldas. Caminás sobre el asfalto más crudo, pateando miles de botellas que se repiten una tras otra haciendo que no puedas levantar tu rostro y mirar lo que tenés delante. Tu zapato se gastó, y el viento tomó la fuerza de un dios furioso; una seguidilla de polvo entra en tus ojos y no queda más que levantar la vista resfregandose.
De pronto, y como si nunca hubiese estado ahí ante tu humanidad: se ve la figura de una mujer de ojos brillantes, más brillantes aún que la sucesión de perlas que adornan su delgado cuello. El viento mezclado con la tierra evitan chocar la tibia porcelana de su rostro. Observás el resto de la calle, te detenés ante el único poste encendido de toda la ciudad. De tus lagrimales se desprende una fría sensación que pestañando arrebatás. Ella te sonríe diametralmente opuesta a vos. Si el mundo fuera blanco y negro, definitivamente serias el negro más negro de toda la jodida ciudad.
El viento te tira, te sentó en el suelo como si te quisiera dar una lección haciendo que observes lo inevitable. Te arrastrás, gateas como un bebé en busca de su chupete. Cualquier persona que te vea en esa situación te haría sentir un bufón bizarro y lastimoso. Llegás a escasos metros de ella, como si fuera una estatua te mira sonriendo, ves el pequeño lunar de su rostro, el contorno de sus labios, su pelo arremolinado, y la mirada que parte cada cristal diminuto de tu alma. Como si de una medusa se tratara te petrificaste en esa posición. Tu cuerpo lentamente se cubre de polvo, y tu mirada se va haciendo cada vez más pequeña y debil, la oscuridad te comió vivo.
El sobresalto te despierta, te encuentra totalmente sudado en tu habitación. Te levantás de la cama y encontrás la ventana abierta, la alarma de los bomberos te llama hacia la ventana. La ciudad a oscuras, el viento mueve todas las hojas de la ciudad, y en el fondo se ve el único poste de toda la ciudad encendido.

Fotografia: Evelia Verwood

Relato: Fido Quar :) gracias



0 comentarios: